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miércoles, 9 de abril de 2014

08.Es política: los demás que se arreglen.

La persona que roba en la calle no distingue entre quien tiene más y quien tiene menos. Simplemente roba a quien más fácil de quebrantar le resulta, a quien le va a traer menos inconvenientes.
“No tiene códigos”.

Los neoliberales y sus seguidores – como usted, si vota a alguno de los tres partidos capitalistas mayoritarios- sostienen con palabras o con omisión de palabras, que cada uno es responsable de su suerte, de su circunstancia, y que ésta se corresponde con el esfuerzo que cada persona ha realizado: al que tiene menos se le vincula a la vagancia o a la falta de capacidad y al que tiene más se le vincula con el esfuerzo, la eficiencia y la capacidad.

Si tiene poco es porque es vago. Pero si es evidente que se esfuerza, porque, supongamos, trabaja 10 horas diarias, entonces, es porque no le da la cabeza para más que esto que le tocó en suerte.

Si tiene mucho es porque se esforzó. Pero si es obvio que no se esforzó, porque, pongamos por caso, heredó todo, se asume que lo que tiene lo mantiene porque es eficaz, porque es vivo, porque tiene capacidad. Está bien formado.

En relación a esto se nos dan dos mensajes más: todo esto está regulado por el mercado y el mercado es para el más apto, para el más vivo, para el más fuerte, para el justo ganador de lo que tiene. Unido a esto, viene el segundo mensaje: acá cada uno se las arregla solo. Acá hay que ganarle al otro; a lo sumo ayudamos a la familia, a los conocidos, pero nada más.
Acá somos nosotros, los demás, que se arreglen.

Los demás, que se arreglen.

Es curioso que el que te roba en la calle razone igual que los neoliberales: yo quiero tu plata, no me importa quién sos, cuánto te cuesta comprarte esto que te voy a robar; acá importo yo, importan los míos. Los demás, que se arreglen.

Es curioso también  que la reacción a esto sea sacar más policías a la calle, subir las penas, reclamar mano dura, pedir que se encarcele a más. Es curioso que se use un mismo mecanismo para cerrar el círculo: acá lo que importa es que no me roben a mí, lo que importa es que no roben o maten a los míos. Entonces a los ladrones los queremos lejos. A los que se parecen a los ladrones, los queremos lejos. A los que se nos dice pueden llegar a ser ladrones en el futuro, los queremos lejos. No importan su circunstancia, ni sus razones.

Acá somos nosotros, y los demás, que se arreglen.

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