04. Es Política: quien crees que eres.

Una buena manera de reconocer a qué clase social pertenece tal o cual familia, es conocer la calidad y el precio del papel higiénico que habitualmente compra. No es chiste. No es, tal vez, un modo infalible de saber a qué clase social pertenece, pero sí que es un indicador certero de la clase social a la que cree pertenecer.

Dime con qué te limpias y te diré quién crees que eres.

03. Es política: ¡Aléjense o voy a tener que hablar con mi hijo!

En la parada del órnibus una señora le comentaba a un muchacho, argumentando contra el matrimonio homosexual, algo así: 

-"Yo entiendo todo esto de la igualdad que dicen, pero a mí no me parece bien que se casen. Adentro de sus casas, yo que sé, vaya y pase. No comparto, pero es su casa. Ahora, afuera, es ofensivo. Decime a ver ¿cómo hago para explicarle a mi hijo de seis años que dos hombres se casan? ¿Dos papás o dos mamás? ¿Cómo hago?

-¿Y los putos qué culpa tienen de tu incapacidad para hablar de sexo con tu hijo?"

Me dio ganas de aplaudir. Sos un grande gurí-del-que-no-sé-el-nombre.

02. Es política: los planchas y la orientalidad.

Hoy pasaba por el monumento al gaucho y pensaba: en la época en la que había gauchos, los estancieros, los pequeños comerciantes, los policías, los gobernantes, los agricultores con pequeñas chacras y la gente más común, los consideraban vagos, indeseables, sucios malvestidos, violentos, escoria, infrahumanos; hacían todo lo posible por eliminarlos.

Luego, ya eliminados, años después, músicos, intelectuales y escritores, financiados por los gobernantes, financiados a su vez por estancieros, por pequeños y grandes comerciantes, por primitivos prestamistas y por sobre todas las cosas por la gente más común con el pago de sus impuestos, crearon un mito en favor de los gauchos, de su coraje, de su valor como seña de identidad nacional.

Entonces pensé: ¿quién te dice que de acá a cien años no haya un monumento al plancha, y canciones exaltando su valor y su orientalidad?

01. Es política: racismo

Yo creo que racismo es traer por la fuerza desde África a personas para esclavizarlas, quitarles su idioma, su nombre original, su libertad y hacer dinero con eso como país, y que cuando deja de ser rentable se los libere, pero se los condene a estar en las más bajas posiciones de la sociedad, limpiando, tirando de carros o viviendo en ranchos bajo pretexto de igualdad democrática. Llamarles negros o afrodescendientes es la superficie del problema. Si querés menos racismo, empecemos por la redistribución de la riqueza. Y eso recién es el principio. No es un asunto de color. La economía te hace inferior. Ahí estuvo el racismo siempre.