Hoy pasaba por el monumento al
gaucho y pensaba: en la época en la que había gauchos, los estancieros, los
pequeños comerciantes, los policías, los gobernantes, los agricultores con
pequeñas chacras y la gente más común, los consideraban vagos, indeseables,
sucios malvestidos, violentos, escoria, infrahumanos; hacían todo lo posible por
eliminarlos.
Luego, ya eliminados, años después, músicos, intelectuales y escritores, financiados
por los gobernantes, financiados a su vez por estancieros, por pequeños y
grandes comerciantes, por primitivos prestamistas y por sobre todas las cosas
por la gente más común con el pago de sus impuestos, crearon un mito en favor
de los gauchos, de su coraje, de su valor como seña de identidad nacional.
Entonces
pensé: ¿quién te dice que de acá a cien años no haya un monumento al plancha, y
canciones exaltando su valor y su orientalidad?
Qué me decí del tango y la cumbia villera pebete?
ResponderEliminarSobre la cumbia villera te voy a decir muchas cosas, en algún artículo, más adelante.
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